Se vuelve a discutir en los mentideros de la "villa y corte" de un posible y hasta deseable gobierno de coalición PP-PSOE. ¿Las razones? La incapacidad del gobierno; el agravamiento de la crisis y la creciente contestación social. Más allá, la perceptible separación entre la "clase política" y la ciudadanía, incluido "la madre de todas las alarmas" el Rey y la institución Monárquica.
No es la primera vez que se
defienden posiciones como estas o, más tímidamente, de unos nuevos "Pactos
de la Moncloa", es decir, un gran acuerdo político-social para "salir
de la crisis”. El asunto no parece fácil: de un lado, porque las políticas que
se viene aplicando muestran la radical incompatibilidad entre el capitalismo
que emerge en la crisis y los derechos laborales, sociales y sindicales
de los asalariados. Como recientemente ha dicho el Presidente del BCE, en la
Unión el Estado Social está en proceso de desaparición y es poco o nada lo que
se puede ofrecer a los sindicatos y a los ciudadanía; de otro, porque una
"gran coalición" es siempre la penúltima opción, más allá, no queda
territorio donde retirarse: Grecia aporta muchas enseñanzas. Quizás, lo nuevo
que emerge es que los que realmente mandan empiezan a dudar de la capacidad de
este gobierno para gestionar con cierta eficacia una crisis a la que no se le
ve fondo y, lo que es más grave, donde se están agotando los márgenes de maniobra.
La cuestión del bipartidismo emerge
así con sus límites y contradicciones. sigue leyendo>>